domingo, 18 de octubre de 2009

No fabricamos para otras marcas


La última moda de la publicidad en su peor faceta es la de atacar con un “por que yo lo valgo” al alarmante (para ellos) aumento de ventas de las llamadas “marcas blancas”. Estas marcas tipo hacendado o carrefour, que si bien (tal vez ) sus envases no sean tan bonitos, o su sabor diferente (que no forzosamente peor) valen muchas veces menos de la mitad del precio de las “primeras marcas”.


Naturalmente en lugar de entender esta situación debido a una crisis galopante que ha mermado enormemente la capacidad adquisitiva de las familias, que buscan ahora comprar más barato por la simple razón de que no se pueden permitir otra cosa, y por tanto, rebajar sus margenes de beneficios, ofrecer mejores ofertas, o confiar en la calidad de su producto para aguantar el chaparrón, en lugar de eso, digo, optan por el ataque, insinuando incluso (una acusación muy grave) que las marcas blancas no cumplen con los controles de calidad, o incluso que carecen de todo tipo de control y regulación, lo cual no solamente es una flagrante mentira, sino una solemne memez.


Al estilo ni más ni menos que nuestro querido cine español, vamos.


Después de años timandonos con inmuleicasitas, calcio más calcio que otros, vitaminas a+b+c+xxxx, y chorrocientas chorradas más, que solamente servían de excusa para cobrar a precios ridículamente altos la misma mierda de siempre, ahora que ven amenazado su estatus en la cima de la pirámide deciden destruir a los que están por debajo de esta, y, como no, lo hacen mediante mentiras y medias verdades.


A ver, si bien es cierto que los costes de la leche P es mayor que el de la leche H, gastan bastante más en publicidad, para empezar (pero ese es su problema, claro), sus ejecutivos también ganan bastante más, sus instalaciones son requetesuperchulas, e incluso cotizan en bolsa, y además se permiten ir por el mundo comprando otras empresas punteras. La leche H sin embargo, se limita a venderse, su única campaña de marketing es su precio, sensiblemente inferior al de la leche P, y al que le guste que repita.




Fui responsable de compras y calidad durante un tiempo y sé perfectamente donde están en muchos casos las diferencias en precios, y, si bien es cierto que en ocasiones tiene algo que ver con la calidad, en la mayor parte de los casos tiene más que ver con campañas de marketing enfocadas a determinados sectores de la población, dicha estrategia ha funcionado durante décadas, la marca, en nuestro prospero país era un signo de estatus, como el coche o salir a cenar cada sábado, era importante que los vecinos viera que comprábamos al cuate Orlando, el aceite Ojiblanca, que los pelotazos (de Ballantines, por supuesto) nos lo echábamos con Coca, y que nuestro delicado culo era limpiado con el Color del Hogar.


Y aprovechando que el Pisuerga pasaba por Estambul, sacaron al mercados un millar mas uno de sub productos cada vez mas delirantes, el pasillo de la leche que en mis tiempos estaba compuesto por “leche” fue invadido por semis, desnatadas, calcio +, pro omega, omega +, sojas, leches a las que les quitaban el calcio para después ponérselo artificialmente y otras que anunciaban orgullosas que ellas dejaban el calcio original tal cual (y te cobraban mas caro por ello, tocate los güevos), en fin, una autentica pesadilla que te hacia gritar “SOLO QUIERO UN PUTO CARTÓN DE LECHE”, y que hay de los yogures? Que si inmunoloquea, que si elenocuantos..., que si fauna y flora intestinal, que si vete a cagar jombreya... la fiebre, en definitiva llegó prácticamente a todos los productos de nuestros supermercados hasta el punto de necesitar el portatil con wi fi para desentrañar los misterios de la lista de compra (huevos, mantequilla, leche, queso, arroz.... NA..., eso des de antiguos, ahora hay que elegir entre 40 tipos de arroz, 12 de mantequilla, 6 de huevos y 2500 de leche)


Pero quieto parao que me pierdo, lo que quiero decir que esta forma de publicidad tendenciosa me parece un recurso particularmente vil de intentar parar la sangría de clientes.


Sirva como perfecto ejemplo de ello el de una conocidisima marca de cacao que tiene de protagonista a un crío repelente que sentencia que su “cacao el de verdad” que no se lo toquen... supongo que cuando sus papis (si, esos que te están pagando el monopatín tuneado, el ordenador con conexión a Internet, tus zapatillas, y todas esas cosas de las que por alguna inexplicable razón TU te sientes orgulloso) se queden en parados o no lleguen a final de mes por que la hipoteca les ha subido, seguirá diciendo lo mismo, que su cacao que no se lo toquen...


En fin. Admito que la calidad se paga, pero la calidad y la marca (conocida) NO siempre van de la mano.


Marcas blancas Vs primeras marcas


Y atentos a esta comparativa de Facua, hasta un 200% de diferencia entre marcas conocidas y marcas blancas.

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